La Cartuja y el Castillo que dominan la ciudad

En la cima de la colina más alta de Nápoles se elevan la Cartuja de San Martín y el Castillo de San Elmo.

Son dos joyas, la primera del arte religioso y la segunda del arte de la guerra. Como dos hermanos con carácter opuestos representan con plenitud el poder temporal y el poder religioso.

Viven uno cerca del otro, son el resultado de la fatiga y del genio de aquellos que los construyeron a lo largo de los siglos. Simbolizan la paz y la guerra, el bien y el mal y arriba de la colina parecen estar en equilibrio.

La cartuja, compuesta por la iglesia y el claustro, es la celebración del estilo barroco napolitano. Esta rica y compleja obra nació durante la baja edad media y llegó adquirir su aspecto actual a lo largo de los siglos.

Visitando la iglesia quedará asombrado por los miles colores de los mármoles, frescos, pinturas y decoraciones. Pero aún no termina porque desde la cartuja se irá al castillo.

Una magnífica obra del arte militar del siglo XVI.

Es un lugar fuerte y poderoso donde podrá experimentar la sensación de oír las batallas con golpes de cañón y el chirrido de las espadas de duelos a muerte.

En fin, llegará hasta la cima del castillo donde su mirada se perderá en el maravilloso golfo de Nápoles.

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